La preocupación se centra en la rápida adquisición de resistencia a los tratamientos antifúngicos por parte de estos patógenos, lo que está llevando a un aumento en la mortalidad asociada a infecciones fúngicas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), estas enfermedades son responsables de aproximadamente 3 millones de muertes anuales a nivel global.
Un equipo internacional de investigadores, coordinado por Norman van Rhijn de la Universidad de Mánchester y Ferry Hagen del Instituto Westerdijk en Países Bajos, ha publicado una carta en la revista The Lancet. En el artículo, los científicos piden una mayor atención y recursos para combatir la resistencia a los antifúngicos, destacando la urgencia de abordar este problema. La carta cuenta con la firma de expertos de once países, incluyendo España, Reino Unido, Estados Unidos y China.
Ana Alastruey, investigadora del Centro Nacional de Microbiología en España y coordinadora de un informe de la OMS sobre patógenos fúngicos, es una de las firmantes del artículo. Ella destaca que la resistencia a los antifúngicos es ahora la norma en lugar de la excepción, complicando el tratamiento de muchas infecciones graves. Entre los hongos más preocupantes se encuentran Aspergillus, Candida, y Trichophyton indotineae, que representan riesgos significativos para personas mayores y pacientes vulnerables.
El informe señala que el enfoque actual en la resistencia a los antimicrobianos se ha centrado principalmente en las bacterias, dejando de lado las infecciones fúngicas. Dado que las células fúngicas tienen muchas similitudes con las células humanas, desarrollar tratamientos efectivos sin causar efectos secundarios severos es particularmente difícil.
Los científicos sugieren varias medidas para enfrentar la crisis. Recomiendan un acuerdo global para limitar el uso de ciertas moléculas antifúngicas a aplicaciones específicas y promover una colaboración más estrecha en soluciones y regulaciones para garantizar la seguridad alimentaria y la salud universal. También abogan por incluir la resistencia a los antifúngicos en la reunión de la ONU sobre resistencia a los antimicrobianos que se celebrará este mes.
A pesar de los avances en el desarrollo de nuevos agentes antifúngicos, los investigadores han observado que la resistencia cruzada a fungicidas ya existentes está complicando aún más el panorama. Los productos agroquímicos han desarrollado modos de acción similares a los de los nuevos antifúngicos en desarrollo, lo que retrocede el progreso en el tratamiento de estas infecciones.
La protección antifúngica es crucial no solo para la salud humana, sino también para la seguridad alimentaria, ya que muchos cultivos esenciales están afectados por hongos. Sin embargo, los investigadores advierten que el alto precio de esta protección está afectando negativamente a la salud pública, y es necesario un enfoque más integrado para enfrentar este desafío global.