Las Ciudades Bicentenario representaban el éxito de la modernización de la industria de la construcción inmobiliaria en el Estado de México; Tecamac, Almoloya de Juárez, Jilotepec, Atlacomulco, Zumpango y Huehuetoca serían las seis ciudades representantes del crecimiento urbano controlado que buscaban demostrar las ventajas competitivas para el inversionista y para los habitantes.
A 17 años del plan de diseño de estas ciudades, estas ideas están alejadas de la realidad.
Huehuetoca, es el claro ejemplo del fracaso, un ambiente gris, hostil e inseguro predomina en este intento de ciudad.
Falta de servicios básicos como agua, drenaje, recolección de basura y deterioro estructural, problemas de movilidad, cientos de casas abandonadas e inseguridad es el pan de cada día de los habitantes de estos complejos habitacionales.
Este proyecto de ciudades modelo se convirtió en conjuntos habitacionales carentes, donde la emigración por la falta de empleos e insolvencia económica se hace presente ya que al menos 50 por ciento de las viviendas en las llamadas Ciudades Bicentenario se encuentran deshabitadas y abandonadas.