En México, la contaminación del agua, aire y suelo proviene de múltiples fuentes, entre las que destacan las industrias, la agricultura, el transporte y la ganadería. De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua, las actividades agrícolas e industriales son las principales responsables de la contaminación hídrica en el país.
La industria de la moda rápida también representa una amenaza ambiental significativa, generando enormes cantidades de residuos y siendo responsable del 10 por ciento de las emisiones globales de carbono.
Por otro lado, la actividad ganadera produce amoniaco (NH3), un gas contaminante cuya emisión se concentra principalmente en municipios como Mexicali, Hermosillo, Lagos de Moreno, Calihualá en Oaxaca y Culiacán.
Finalmente, el transporte especialmente el que utiliza diésel contribuye a la emisión de carbono negro (CN), un contaminante derivado de la combustión incompleta de combustibles fósiles.