En 2022, México registró un rezago habitacional de 8 millones 977 mil 409 viviendas, equivalentes al 24.3 por ciento del total habitado. De estas, 1.3 millones sufrían hacinamiento, 7.5 millones estaban construidas con materiales precarios, y 162 mil 624 carecían de excusado. Además, ONU-Habitat estima que el 38.4 por ciento de la población vive en una vivienda no adecuada.
La prevalencia de la informalidad laboral limita el acceso a viviendas formales, agravando esta crisis y subrayando la urgencia de políticas que garanticen el derecho a una vivienda digna.