Has notado que algún amigo, familiar o persona cercana se aísla, tiene dificultades para expresar lo que siente, está desanimado y no tiene interés en realizar actividades, si es así es importante prestar bastante atención, pues puede estar atravesando por un episodio de depresión.
La Organización Panamericana de la Salud define a la depresión como una enfermedad grave que interviene en la calidad de vida de quien la padece y limita la capacidad de realizar acciones simples como dormir, comer, salir, convivir y disfrutar de la vida.
La depresión no tiene causas exactas, pues influyen factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos; desde perder una pareja, el empleo, tener un ambiente familiar hostil, no percibir logros, recordar fechas especiales y muchos otros más.
La percepción que se tiene de uno mismo es clave, pues dentro de un trastorno depresivo solo se consideran las experiencias negativas con un panorama desolador.
Es importante no dejar que este trastorno avance, pues dentro de las consecuencias más graves de la depresión se encuentran las autolesiones y el pensamiento suicida.
La depresión no es un signo de debilidad ni de fragilidad, por lo que es sumamente importante que ante el menor síntoma de tristeza persistente se recurra a un especialista en salud mental donde se llevará a acabo terapia, intervención psicológica, con medicación antidepresiva o con una combinación de ambos métodos