Las mariposas monarca, históricamente, han migrado durante cientos de años hasta México. Su ruta migratoria es uno de los fenómenos naturales más impresionantes del mundo animal. Estas mariposas viajan desde el norte de América, principalmente desde Canadá y Estados Unidos, hacia los bosques de oyamel en el Estado de México y Michoacán, donde pasan el invierno.
Tras años de monitoreo, esta especie ha mostrado un descenso en su población y un retraso en su llegada de al menos 4 semanas a los bosques mexicanos. Durante la temporada invernal de 2023, la disminución de mariposas monarca fue del 59 por ciento.
Tal es el caso de santuarios como el de Jiquipilco, el cual recientemente ha visto una notable disminución en la llegada de mariposas. Desde hace al menos 17 años, las mariposas monarca llegan en notables cantidades a los bosques de este municipio; sin embargo, hoy en día son contadas las mariposas que arriban.
La pérdida de hábitat debido a la tala clandestina, la conducta irresponsable de los turistas, el cambio climático y otros desafíos que enfrentan durante su migración son factores clave que afectan a las mariposas monarca.
Vecinos de la zona han trabajado en rastrear las nuevas perchas de las mariposas monarca, pero a pesar de sus esfuerzos, la situación sigue siendo alarmante. Las condiciones adversas para las monarcas empeoran, limitando su llegada. Aunque la comunidad se esfuerza por preservar los hábitats y sensibilizar sobre su protección, los desafíos persisten, poniendo en riesgo la supervivencia de esta especie en sus tradicionales santuarios mexicanos.