A partir del cambio climático y la sostenibilidad urbana, la despavimentación emerge como una tendencia ambientalista con gran potencial para transformar nuestras ciudades.
Esta estrategia busca reemplazar superficies impermeables de concreto y asfalto por áreas verdes permeables, creando un entorno urbano más amigable con el medio ambiente
La idea de despavimentar surgió en la ciudad de Berkeley, California, en los años 80, y fue hasta 2008 que la idea empezó a recobrar auge en la ciudad de Portland, Estados Unidos, con la fundación del grupo Depave.
Sin embargo, aplicar una estrategia de despavimentación ambientalista en ciudades como Toluca presenta varios desafíos.
El diseño urbano existente, caracterizado por una alta densidad de construcciones y una infraestructura consolidada, dificulta la implementación de cambios radicales. Por su parte, la inversión y el tiempo requeridos para llevar a cabo proyectos de esta magnitud pueden resultar prohibitivos.
A pesar de estos desafíos, la despavimentación no es un sueño imposible en Toluca. Iniciativas como el proyecto de "Jardines de lluvia" de la Universidad Autónoma del Estado de México apuntan a esta dirección.
Sumado a esto, en la actualidad existen otras alternativas sustentables que ya están siendo empleadas en algunas ciudades mexicanas, como el adoquinamiento, utilizado en lugares como Metepec.
La cual ha demostrado ser una estrategia efectiva para reducir la impermeabilización del suelo y fomentar la infiltración de agua, permitiendo la permeabilidad del suelo, lo que contribuye a la recarga de los mantos freáticos.
La despavimentación y otras alternativas sustentables son herramientas valiosas para crear ciudades más resilientes y sostenibles. Si bien la aplicación de estas estrategias en Toluca presenta desafíos, es crucial explorar su potencial para construir un futuro urbano más verde y resiliente.