En el Estado de México, el Día de Muertos es una de las celebraciones más significativas del año. La globalización y la creciente influencia de festividades extranjeras como Halloween han afectado algunas tradiciones.
Por ejemplo, el "recibimiento" de las almas, una ceremonia que incluía un espacio ritual para recibir a los difuntos en los hogares o panteones locales. Hoy, esta tradición sobrevive en pocas comunidades indígenas, y cada vez es menos común el uso de lenguas originarias.
El "levantamiento" de la ofrenda, una ceremonia de despedida que se realizaba el 3 de noviembre, donde los alimentos de la ofrenda se compartían y algunas velas se quemaban como agradecimiento. Esta tradición se ha perdido en las zonas urbanas.
Otra pérdida es la celebración de Halloween de Estados Unidos, donde los jóvenes son los principales en celebrar más el Día de Muertos.
La tradición de "Pedir Calaverita" se ha modificado con el tiempo. Los disfraces de demonios y personajes de ficción relevantes han ganado terremoto frente a las tradiciones antiguas como el portar un chilacayote con una vela encendida en su interior.
La tradición de Día de Muertos no desaparecerá en un futuro, pero estas se modificará con las tendencias actuales culturales y las influencias extranjeras.