Previo al cierre de actividades legislativas, el Senado de la República aprobó una reforma a las disposiciones de las Leyes General de Salud, del Seguro Social y del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores al Servicio del Estado, con el objetivo de eliminar toda forma de violencia obstétrica en los centros de salud.
Pese a esto, Comisiones de la Cámara de Diputados descartó el debate ante esta reforma al considerarla no prioritaria, por lo cual se enviaron a la congeladora para ser analizada hasta la próxima Legislatura.
La reforma expone que se establecerá en las leyes que, durante la prestación de los servicios integrales de salud, toda mujer embarazada, si así lo desea, tendrá derecho a estar acompañada, en todo momento, durante la atención prenatal, el trabajo de parto, cesárea y el puerperio, de una persona de su confianza y elección, de conformidad con las disposiciones que para tal efecto emita la Secretaría de Salud y cuando las condiciones así lo permitan.