El temor persiste en algunos comerciantes, micronegocios, unidades de transporte ante el aumento de delitos de extorsión por supuestos integrantes de células delictivas Para salvaguardar su integridad, algunos propietarios optan por cerrar sus negocios e incluso no sólo cambian su lugar de residencia, sino que también cambian sus giros. Cuando algunos de ellos no ceden a las extorsiones, los grupos delictivos queman negocios, unidades de transporte público e incluso tienden a secuestrar a los propietarios o algunas otras personas que tienen parentesco, lo que se traduce en corromper su tranquilidad.