De textura rigurosa, en colores como azul, rosa, blanco y verde, y un sabor único el dulce de colación es un ícono de las festividades decembrinas en México.
Este tradicional dulce de venta en mercados como la Central de Abastos, guarda en su interior sabores a nuez o almendra. Su preparación incluye ingredientes como azúcar glass y fécula de maíz, que le confieren su característica consistencia y dulzura.
El dulce de colación tiene raíces en las tradiciones mexicanas, al ofrecerse como aguinaldo durante las posadas, tradición que caracteriza la Navidad.
Hoy en día, aunque su consumo ha evolucionado, el dulce de colación sigue siendo un elemento clave en las celebraciones al combinarse con otros dulces como los famosos chiclosos o los de café.
Su presencia en las noches del 24 de diciembre, al arrullar al Niño Dios, lo convierte en un símbolo de fe y tradición.
Los dulces de colación no solo representan una tradición mexicana navideña, sino que también conectan con generaciones al mantener vivas las costumbres de nuestros antepasados.
El dulce de colación nos transporta a momentos de nostalgia y unión familiar, recordando que las tradiciones más dulces son las que compartimos con quienes más amamos.