El Gobierno británico aprobó este miércoles la compra del Chelsea por parte del consorcio liderado por el multimillonario Todd Boehly, dueño del equipo de béisbol de Los Angeles Dodgers.
La compra, valorada en 4.250 millones de libras (4.970 millones de euros), fue aprobada también este martes por la Premier League y terminará con el reinado de Roman Abramovich en Londres.
El oligarca ruso se vio obligado a poner el club en venta por las sanciones que pesaron sobre él al comenzar Rusia la invasión de Ucrania.
"La pasada noche, el Gobierno del Reino Unido llegó a un acuerdo en el que poder expedir una licencia que permita la venta del Chelsea", desveló hoy un portavoz del Gobierno en un comunicado.
Hasta ahora, el Chelsea operaba con una licencia especial que le concedió el Gobierno para no entrar en bancarrota y que aseguraba el futuro del club a corto plazo, permitiéndole ingresar dinero a través de contratos televisivos, por ejemplo, y la venta de entradas en determinados partidos. Sin embargo, este permiso es válido hasta el 31 de mayo.
Con este nuevo acuerdo con el Gobierno, la operación de venta podrá completarse y los fondos que se recauden irán a una cuenta congelada del Gobierno, hasta que se aclare la situación con Abramovich, sancionado por el Reino Unido y por la Unión Europea por sus vínculos con Vladímir Putin.
La opción más probable es que los fondos de esta cuenta congelada vayan a alguna acción benéfica.
Con la venta del club, el Chelsea podrá volver a operar con normalidad. Esto implicará que reabrirá la tienda del club, se podrán comprar, vender y renovar jugadores, así como se podrán vender entradas para todos los partidos, sean de Premier, FA Cup o Champions.
Además de Boehly, en el consorcio está involucrada la compañía de inversión Clearlake Capital, el millonario estadounidense Mark Walter, asimismo copropietario de los Dodgers, y el magnate suizo Hansjörg Wyss. EFE