Cada 24 de febrero, México se viste de verde, blanco y rojo para celebrar el Día de la Bandera, un emblema que no solo representa un pedazo de tela, sino la historia, la lucha y la identidad de una nación.
Sus colores, tan vibrantes como nuestra cultura, evocan valores fundamentales:
El verde, símbolo de esperanza; el blanco, de unidad; y el rojo, de la sangre derramada por nuestros héroes.
En su centro, el águila real, parada sobre un nopal y devorando una serpiente, representa la fuerza y la determinación del pueblo mexicano.
El amor por la Bandera sigue vivo en el corazón de muchos mexicanos.
Es ese sentimiento que nos eriza la piel cuando escuchamos el Himno Nacional o vemos ondear nuestro lábaro patrio en una competencia internacional. Es el orgullo que se lleva en la piel, en la mirada y en las acciones de quienes día a día trabajan por un México mejor.
A decir de los mexiquenses la Bandera es más que un lienzo tricolor, es la esencia de México, un legado que debemos honrar y preservar.