En el Estado de México, la lucha contra las adicciones se ve empañada por la realidad alarmante de los centros de tratamiento.
De los 2 mil 27 centros existentes, apenas 426 cumplen con las normas oficiales de apertura y funcionamiento. Esto según datos revelados por el legislador Alfredo Quiroz, quien ha presentado una iniciativa de reforma al Código Administrativo para que la Secretaría de Salud realice visitas de verificación y clausure los centros que operen de forma irregular.
Estas cifras son más que números; representan personas, familias enteras afectadas por la falta de regulación y supervisión adecuada.
La deshumanización del individuo es una de las principales preocupaciones en estos centros. Violando derechos humanos fundamentales, estos espacios se convierten en lugares de sufrimiento y tormento, en lugar de sanación y rehabilitación.
Entre las MÁS DE 100 DENUNCIAS QUE DURANTE 2023 rECIBIÓ LA PROCURADURÍA GENERAL DE JUSTICIA DEL ESTADO DE MÉXICO en contra de estos lugares, se encuentra la del reconocido comediante Ricardo O'Farrill, quien denunció haber sido víctima de violencia y humillación por parte del personal de uno de estos centros, arrojando luz sobre las prácticas abusivas que ocurren tras puertas cerradas.
De acuerdo con datos del Instituto Mexiquense contra las Adicciones, EL CONSUMO DE ALCOHOL, TABACO Y MARIHUANA ES PREVALENTE ENTRE LA POBLACIÓN DE 12 A 65 AÑOs. Se estima que alrededor de 600 mil personas en el estado padecen algún tipo de adicción, y solo una pequeña fracción recibe tratamiento adecuado.
Las personas que luchan contra una adicción necesitan apoyo, comprensión y un tratamiento profesional. La lucha contra las adicciones no puede librarse en la clandestinidad ni a costa de la dignidad humana.