Los nuevos etiquetados en alimentos podrán servir para disminuir la incidencia de obesidad infantil, ya que cuentan con mayor información acerca del exceso de calorías, azúcares, sodio y grasas en alimentos procesados.
Modelo inspirado en uno similar llevado a cabo por Chile en 2016, este sistema pretende modificar décadas de mala alimentación entre los mexicanos, siendo los más pequeños los más susceptibles.
De acuerdo al Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública, este etiquetado permitiría un ahorro de mil 800 millones de dólares en costos de atención médica en cinco años y podría prevenir la obesidad en 1.3 millones de personas.