Derivado del alza de precios de la canasta básica, familias mexiquenses han disminuido el consumo de ciertos productos.
Pollo, carne, huevo, frijol, y ciertas frutas son solo algunos de los productos que con anterioridad se compraban de manera periódica y en cantidades considerables, ahora se han visto reducidos en su venta por los precios altos.