En los últimos años, los gimnasios han ganado una relevancia significativa, consolidándose como espacios clave para quienes desean llevar una vida más saludable y activa. Según datos de IHRSA, la Asociación Global de Clubes de Salud y Fitness, México cuenta con más de 12 mil gimnasios.
Con el inicio de un nuevo año, muchas personas incluyen el gimnasio en sus propósitos, buscando mejorar su bienestar físico y mental.
Sin embargo, este aumento en la demanda también implica desafíos importantes. Entre ellos, destacan riesgos asociados a la actividad física, como la falta de personal capacitado y la ausencia de instalaciones adecuadas para atender emergencias de manera oportuna.
Estos factores pueden comprometer la seguridad de los usuarios si no se implementan medidas preventivas efectivas. Aunque se desconocen estadísticas sobre muertes o accidentes en gimnasios, debido a la dificultad de recopilar estos datos por diversos factores, es fundamental que estos espacios cuenten con protocolos de seguridad bien definidos, equipo en óptimas condiciones y personal calificado. Solo así se podrá garantizar un entorno seguro para quienes practican actividad física.
En México, aunque no existe una ley específica para los gimnasios, deben cumplir con normativas que aseguren la seguridad y bienestar de los usuarios. Esto incluye la Ley General de Salud, la NOM-172-SSA1-1998 para atención médica en emergencias, y regulaciones de Protección Civil sobre rutas de evacuación y extintores. Además, los reglamentos locales y estatales abordan la infraestructura, permisos y condiciones de operación.