El graffiti es una expresión que va más allá de una representación gráfica, es un medio de expresión, comunicación y un estilo de vida. El arte urbano ha acaparado gran parte del espacio público, plasmando sus creaciones sobre superficies que no les pertenecen, como bardas, mobiliarios urbanos, casas y negocios; si bien sus inicios eran meras firmas, con el tiempo se convirtieron en obras mucho más ambiciosas y complejas. En la ciudad de Toluca es cada vez es más común saber de propietarios de diversos inmuebles, organismos privados y públicos que contratan a estos artistas urbanos para que decoran y pintan con libertad piezas mucho más elaboradas y artísticas, lo cual contribuye a la profesionalización de estos artistas. Aunque el graffiti está fuertemente vinculado con la protesta, el inconformismo y la crítica social, con un aire de rebeldía como forma de expresión de la que no se puede deslindar, su popularidad lo ha llevado a ser cada vez más aceptada por su valor artístico, inclusive autoridades estatales han apostado por el talento de hombres y mujeres grafiteros creando concursos. Una de las propuestas es romper el estigma delictivo y de vandalismo que tiene el graffiti y a plantearlo como un producto cultural, que además otorga un sentido de pertenencia.