Las tomas clandestinas que utiliza la delincuencia organizada para robar hidrocarburos aumentaron 120% en el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, siendo los municipios del Estado de México los que encabezan los "pinchazos" en los ductos de Petróleos Mexicanos en el centro del país.
Tan solo del 1 de julio de 2019 al último corte registrado del 27 de marzo de 2022 se incautaron más de 1 millón y medio de hidrocarburos en la entidad, un volumen equivalente a llenar más de 600 mil pipas de combustible, esto según cifras de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
Entre los municipios con mayor incidencia de "huachicoleo" en el Estado de México se encuentran Toluca, Acambay, Tultitlán, Ixtapaluca, Ecatepec y Tecámac, siendo este último el segundo con mayor incidencia a nivel nacional.
La incapacidad por parte del gobierno estatal y federal evidencia una grave crisis de seguridad y una erosión del Estado de derecho.
Esta crisis impacta fuertemente en la economía local, desincentivando la inversión en infraestructura y tecnología para la extracción y distribución en un mercado de hidrocarburos, quienes navegan en las olas de fluctuaciones de precios ocasionadas por este fenómeno.
Con un promedio de 31 tomas clandestinas reportadas diariamente y pese al cierre de ductos y el despliegue de fuerzas de seguridad, el huachicoleo sigue campante en el Estado de México, lo que ha devenido en un caldo de cultivo para la violencia y la contracción del sector energético de la región.