En el Estado de México hay 23 mil 930 planteles educativos, desde educación básica hasta él nivel superior, que atienden a más de 4 millones de estudiantes.
La infraestructura de los planteles educativos en el Estado de México enfrenta diversos desafíos, como el mantenimiento de las instalaciones, la falta de equipamiento tecnológico y la necesidad de mayor inversión en espacios adecuados para la enseñanza.
La infraestructura escolar es un factor clave en la calidad educativa, ya que influye directamente en el desarrollo y aprendizaje de los estudiantes. Un plantel con instalaciones adecuadas no solo proporciona un entorno seguro y funcional, sino que también favorece la concentración, el rendimiento académico y el bienestar de alumnos y docentes.
Contar con aulas bien equipadas, mobiliario en buen estado, acceso a agua potable, electricidad, sanitarios dignos y espacios recreativos adecuados contribuye a una mejor experiencia educativa. Además, el uso de tecnología en el aula y laboratorios bien acondicionados permiten una enseñanza más dinámica e innovadora.
Por otro lado, la falta de infraestructura o su deterioro pueden afectar negativamente el aprendizaje, generar ausentismo escolar y poner en riesgo la seguridad de la comunidad educativa.
En 2024, se buscó mejorar la calidad de 642 escuelas en el Estado de México, al menos dos por municipio. Sin embargo, no todas las instituciones educativas recibieron este beneficio, lo que obliga a muchas de ellas a buscar otras alternativas para mejorar sus espacios académicos.
Ante la falta de recursos gubernamentales suficientes, algunas escuelas deben gestionar mejoras a través de otras fuentes de financiamiento, como donaciones, programas de apoyo comunitario o la colaboración de los padres de familia.