El Estado de México, una de las entidades más pobladas y económicamente activas del país, enfrenta un abandono hacia su clase trabajadora.
Un reciente estudio del Observatorio de Trabajo Digno de la organización Acción Ciudadana Frente a la Pobreza revela cifras que evidencian la precariedad laboral que enfrentan millones de mexiquenses, al indicar que el 76.9% de las personas ocupadas en el Estado de México no cuentan con ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas.
Esto se traduce en 5.43 millones de habitantes que luchan día a día por subsistir con salarios insuficientes.
Pero la precariedad no se detiene ahí: el 60.4% de los trabajadores no tienen acceso a seguridad social, lo que los deja desprotegidos ante enfermedades o accidentes laborales. Mientras que 7% se encuentra en situación de subocupación.
A pesar de la aparente bonanza económica, el enfoque del Estado de México como polo logístico ha atraído inversiones a la región, pero estas inversiones se han centrado principalmente en temas logísticos, dejando de lado la creación de nuevos empleos bien remunerados y proyectos de desarrollo que impulsen la economía local.
De los ocupados en el territorio mexiquense, el 32.9% reportó tener una jornada excesiva de trabajo, mientras que el 39.2% carece de prestaciones sociales básicas, como seguridad social o acceso a servicios de salud.
A pesar del marcado desarrollo económico de la región, la clase trabajadora ha sido dejada de lado, lo que ha generado un sentimiento de abandono y desigualdad