A pesar de las políticas públicas las mujeres del Estado de México siguen siendo victima de discriminación y violencia, principalmente el sector indigena y con discapacidad, así lo consideró Natalia IX- Chel Vñazquez, coordinadora de la Maestría de Estudios para la Paz y el Desarrollo.
Pese a visibilizarse en los medios de comunicación y redes sociales, las mujeres siguen siendo víctimas de discriminación, maltrato, acoso en el trabajo y en la vida misma.
Es el caso de las mujeres indígenas o mujeres que sufren de alguna discapacidad, pues tienen aún más obstáculos que superar.
Ya no solo son discriminadas por su género, sino también por su cultura, lengua madre o simplemente por tener capacidades diferentes, lo que las hace más vulnerables al racismo y la exclusión.
De acuerdo a la Ley General para la Inclusión de Personas con Discapacidad en el estado de México, en las empresas el 2 por ciento de su personal deben ser personas con algún tipo de discapacidad, y a pesar de que la cifra es mínima, no se cumple con esta determinación oficial.
En el caso de las mujeres indígenas el 64 por ciento realiza actividades no remuneradas o con un sueldo por debajo del mínimo.