Los baches de la avenida Antonio Pliego, en el municipio de Zinacantepec, son un peligro para la seguridad.
La calle está plagada de grandes agujeros y el pavimento es irregular, lo que hace que los vehículos pierdan tracción y se desvíen de la trayectoria. Esto no sólo es peligroso para los conductores, sino también para los peatones que caminan por la calle, que podrían ser atropellados por los vehículos al desviarse para evitar los agujeros.
Según los vecinos, esta calle está en mal estado desde hace al menos dos años. El ayuntamiento no ha tomado ninguna medida para repararla, ni siquiera para advertir a los residentes de los peligros que supone.