La Navidad es una época de tradiciones arraigadas en el corazón de cada mexicano
El árbol iluminado, los nacimientos, las posadas y, por supuesto, las pastorelas, conforman un conjunto de costumbres que enriquecen nuestras celebraciones decembrinas. ¿Quién no recuerda haber participado en una pastorela en la escuela, interpretando a un pastorcillo, un ángel o incluso al mismísimo diablo?
Las pastorelas, como obras de teatro, surgieron en el siglo XIX como una herramienta de evangelización. A través de ellas, se representaba la lucha entre el bien y el mal, donde el diablo intentaba impedir que los pastores llegaran a adorar al Niño Jesús.
Con el paso del tiempo, estas representaciones se fueron enriqueciendo con elementos propios de la cultura mexicana, como el humor involuntario, la ironía y la picardía.
En la actualidad, las pastorelas han evolucionado considerablemente. Si bien conservan su esencia religiosa, muchos grupos teatrales han decidido darle un giro más contemporáneo a estas representaciones, haciendo uso de esta tradición como un vehículo para la crítica social y política.
Esta reinvención de las pastorelas demuestra cómo las tradiciones se adaptan a los tiempos que corren. Al fusionar elementos religiosos con referencias a la cultura popular, estas representaciones logran conectar con un público más amplio y diverso
A través de la sátira, la crítica social y la experimentación con diferentes formatos, las pastorelas continúan evolucionando, demostrando así su capacidad para adaptarse a los cambios de la sociedad y mantenerse vigentes a lo largo del tiempo.