México, con su riqueza cultural y su profunda historia, es un lugar donde las leyendas tienen una gran importancia, transmitidas de generación en generación.
La leyenda de La llorona, una de las más conocidas ha trascendido fronteras, y sus distintas versiones se cuentan en varios países, como Colonia, Venezuela, Nicaragua, Perú e Irlanda; cada una con variaciones que le dan una matiz cultural.
En México específicamente, existen tres versiones de esta historia, una de ellas es la diosa Cihuacóatl lamentándose inconsolable por las noches, gritando ¡ay, mis hijos!, otra versión habla sobre una indígena que tuvo varios hijos ilegítimos y, tras ser rechazada por su amante, perdió el juicio y los arrojó al río.
Cada versión de La Llorona, representa el relato en un símbolo atemporal de pérdida y arrepentimiento que sigue resonando hasta nuestros días. Las leyendas mexicanas, con su riqueza y diversidad, son más que relatos; son manifestaciones culturales que reflejan la identidad y los valores de una sociedad. A través de ellas, México conserva y comparte un legado.