Una revisión a los libros de texto gratuito realizada por la organización Mexicanos Primero señala que estos documentos bases de la enseñanza en educación básica son "textos complejos que no atienden las necesidades de cada estudiante; se deja la responsabilidad en las y los maestros de implementar un modelo educativo que pasa de impartir distintas materias a campos formativos y del aprendizaje individual de cada estudiante a uno comunitario, y contenidos que no contemplan la realidad que se vive en el sistema educativo".
De acuerdo con un comunicado, la organización realizó un análisis multidisciplinario de estos materiales que de manera oficial la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg) publicó en su página de Internet a tan sólo 20 días del inicio del ciclo escolar 2023-2024, desde un enfoque de derechos para verificar si los materiales garantizan el derecho a aprender de 24.4 millones de niñas y niños y adolescentes que asisten a la educación básica, de los cuales, 13.3 millones cursan primaria.
Mexicanos primero señala que "los libros no abordan los desafíos preexistentes relacionados con la inclusión, equidad, logros académicos y riesgo de deserción que niñas, niños y adolescentes enfrentaban, los cuales se intensificaron durante la pandemia y que continúan sin recibir atención. La ausencia de datos y comprensión sobre los niveles de aprendizaje y las áreas de mejora de los estudiantes sugiere que su rendimiento seguirá siendo inferior, lo que tendrá repercusiones negativas en su futuro y en el de sus comunidades".
Agrega que los nuevos libros de texto gratuitos carecen de una ruta clara de aprendizaje acorde al desarrollo cognitivo de cada estudiante. "Como ejemplo, el libro de primer grado "Proyectos comunitarios" pide para el apartado "juntos resolvemos problemas" que cada estudiante redacte descripciones de los problemas de su comunidad, así como soluciones, asumiendo que todas las niñas y niños de 6 años saben ya escribir, leer y cuentan con un pensamiento abstracto que a esa edad aún no han desarrollado".
Señala también que los libros no permiten que cada estudiante "aprenda de forma autónoma porque el nivel de vocabulario y contenido en diversas partes del libro requieren, para ser comprendidos, un importante acompañamiento docente, suponiendo además que todas las niñas y los niños de primer grado cursaron el preescolar, tema en el que aún hay incumplimiento por las autoridades a pesar de su obligatoriedad. Tenemos niñas y niños que entran a la primaria sin haber cursado el preescolar; esto presenta no solo un descuido de la realidad de las aulas, sino un retroceso en las estrategias de alfabetización inicial que se han intentado poner en marcha en el país".
Mexicanos primer indica también que las y los alumnos de segundo grado de primaria en adelante deberán cambiar abruptamente de modelo educativo una vez que lleguen a las aulas el 28 de agosto, y tendrán que asimilar en el camino que ya no llevan materias sino campos formativos; esto viola el derecho de las niñas y niños a que la educación que reciben sea progresiva, continua y aditiva, y contraviene el propio acuerdo de la SEP que dice que el plan de estudios iniciará con la generación de estudiantes que les corresponda cursar el primer grado de preescolar, el primer grado de primaria y el primer grado de secundaria.
Los docentes, a pesar de sus enormes esfuerzos para iniciar el ciclo escolar, enfrentarán también dos grandes desafíos; el primero, la total responsabilidad de implementar el nuevo modelo educativo (Nueva Escuela Mexicana) que la autoridad educativa federal les trasladó sin considerar los serios retos pedagógicos que existirán en las más de 229 mil escuelas de educación básica -de las cuales 96 mil 2 son primarias-, y en sus respectivas aulas. Las y los maestros, una vez más, tendrán que resolverlo sin acompañamiento ni formación, pues este año el presupuesto para capacitación equivale a tan solo 85 pesos anuales para cada docente.
El segundo desafío es que el enfoque comunitario y de participación que incluyen los libros de texto y que traslada el aprendizaje individual a uno comunitario, recae directamente en las y los docentes. "En nuestros estudios hemos hecho visible la necesidad de que las escuelas cuenten con más autonomía y las familias participen en ellas; sin embargo, para llevarlo a la realidad se requiere de un mayor y mejor acompañamiento a docentes y estudiantes. Sugerir actividades en cada momento didáctico de cada clase, no es suficiente", señala la organización.