En su mirada está cuidar a la población, mujeres que un día decidieron rendir lealtad y compromiso incluso a costa de su propia vida, portan con orgullo su uniforme y una arma para defender al prójimo si es necesario, no es algo sencillo ser polícia sobre todo si es madre de familia, mujeres valientes que en un abrir y cerrar de ojos cambiaron su vida.
Desde hace tres años María Elena Cervantes Hernández, pertenece al Agrupamiento Femenil de Fuerzas Especiales, de la Secretaría de Seguridad estatal, un trabajo extenuante y agotador tanto física como mentalmente, sin embargo esto queda en segundo plano ya que en casa un pequeño de tres años demanda lo más esencial.