En el Estado de México, los mototaxis se han convertido en un medio de transporte esencial para miles de habitantes, especialmente en municipios con alta densidad poblacional y acceso limitado al transporte público.
En su mayoría operan en municipios como Chimalhuacán, Nezahualcóyotl, La Paz, Ecatepec y Valle de Chalco, así como en delegaciones del norte de Toluca y comunidades de Almoloya de Juárez y Santa María Otzolotepec, ofreciendo una alternativa rápida y accesible para traslados cortos.
Se estima que en el Estado de México circulan al menos 300 mil mototaxis de manera irregular. Aunque muchos están afiliados a bases tipo taxi, carecen de un marco legal que regule su operación, lo que genera incertidumbre tanto para conductores como para usuarios.
Además, la mayoría de estos vehículos circulan sin medidas de seguridad adecuadas, como el uso de casco y equipo de protección. La estructura metálica en la que transportan a los pasajeros suele ser frágil y poco segura.