Catrines, parcas y lloronas, fueron de los disfraces que usaron más los niños mexiquenses durante sus festejos de Dia de Muertos, entre lo que más les gusto fue el maquillaje, sus sombreros y algunos complementos como collares y pulseras.
Algunos de estos disfraces fueron comprados, otros tantos elaborados por los padres de familia quienes aplicaron todo su ingenio para que los pequeños lucieran muy bien.
Recordemos que la inversión en cada disfraz osciló entre los 300 y 800 pesos dependiendo el diseño, calidad y talla.