Los mini partidos, a pesar de su limitada representación y participación en la vida política, reciben una importante cantidad de financiamiento público.
Aunque el término "minipartido" no es una categoría oficial reconocida por el Instituto Nacional Electoral, se utiliza comúnmente para referirse a aquellos partidos políticos que obtienen resultados electorales cercanos al umbral mínimo requerido para mantener su registro. En México, este umbral es del 3% de la votación válida emitida.
De acuerdo con datos del INE, entre 2010 y 2021, estos partidos recibieron un total de 19 mil 176 millones de pesos. Esta cifra pone en evidencia el alto costo que representa para el erario público el mantenimiento de partidos con escasa representatividad
La funcionalidad de los minipartidos ha sido objeto de un intenso debate. Algunos argumentan que cumplen un papel importante en la pluralidad del sistema político y permiten la representación de diversas corrientes de pensamiento.
Sin embargo, otros críticos señalan que los minipartidos suelen ser utilizados como instrumentos para obtener financiamiento público, sin aportar un valor agregado a la democracia.
Tras la reciente caída del Partido de la Revolución Democrática , que registró su peor resultado en una elección presidencial, ha generado un nuevo debate sobre la viabilidad de mantener un sistema político con tantos partidos políticos y la necesidad de establecer mecanismos más rigurosos para garantizar su funcionalidad.
Los minipartidos en el Estado de México y el país representan un desafío para el sistema político mexicano.
Su baja representatividad, el costo económico que implican y la fragmentación que generan son problemas que deben ser abordados a través de reformas electorales que fortalezcan la democracia y la representatividad.