El 19 de septiembre de 2017 dejó cicatrices imborrables en la vida de Mauro Gómez Flores, un habitante de la comunidad de Santa Martha, en el municipio de Ocuilan.
Luego de que su hogar fuese devorado por los estragos de un sismo devastador. Este trágico evento no solo marcó el inicio de un doloroso proceso de pérdida de su patrimonio, sino que también desencadenó una serie de acontecimientos que han puesto en grave peligro a su familia, especialmente a su hija con discapacidad.
Mauro Gómez, vivió en carne propia la destrucción de su casa debido a los daños estructurales irreparables causados por el sismo y en medio de la desesperanza, una organización caritativa extendió su mano para donarle una casa nueva, siendo un rayo de esperanza en un momento oscuro.
Sin embargo, con el paso de los años, la euforia de la casa nueva se ha desvanecido.
La construcción defectuosa y descuidada de la vivienda ha dado lugar a severas averías, convirtiendo lo que debía ser un refugio seguro en una amenaza inminente para toda su familia. Hoy en día, Mauro enfrenta la encrucijada de proteger a su familia y garantizar un hogar seguro para su hija.