México ocupa el cuarto lugar mundial en delitos de piratería y contrabando, y el primer sitio en América Latina, según estadísticas de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación. Este problema representa una pérdida del 1.25% del PIB y se ha convertido en el segundo delito más prevalente en el país, solo por debajo del narcotráfico.
A nivel estatal, la Confederación Patronal de la República Mexicana reporta que en la última década la venta de piratería y artículos robados en el Estado de México ha aumentado un 70%. Los mercados informales, los tianguis y las redes sociales han facilitado la distribución de estos productos, afectando directamente a comerciantes formales y a la economía local.
Para evitar ser víctima de la piratería, es importante identificar ciertas señales que pueden delatar un producto falsificado:
Una de las apuestas más grandes en la lucha contra la piratería es la Operación Limpieza, un esfuerzo conjunto de la Secretaría de Economía, la Secretaría de Marina, el Ejército Nacional, la Guardia Nacional, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México y el SAT. Esta estrategia busca frenar la entrada de productos falsificados al país y desmantelar redes de distribución.
Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer
La piratería seguirá existiendo mientras haya demanda y condiciones que la favorezcan