El trabajo infantil es una realidad que enfrenta la niñez mexiquense, principalmente por la desigualdad que presenta la entidad.
Situación que puede agravarse por la pandemia, ya que ahora, la incertidumbre económica aqueja a un gran porcentaje de la población.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, los principales motivos por los cuales los niños y las niñas realizan algún trabajo económico son: para pagar su escuela y/o sus propios gastos, por ayudar y porque el hogar necesita de su trabajo.
Datos del INEGI arrojan que en la entidad mexiquense, al menos 225 mil niños realizan algún tipo de actividad económica, y de estos, 42 por ciento no recibe ingresos y solo el 28 por ciento recibe al menos un salario mínimo.
Situación que podría agravarse debido a las afectaciones económicas recientes, donde negocios familiares han cerrado definitivamente, ha aumentado el desempleo y la falta de oportunidades laborales.
Se teme la deserción escolar de un importante porcentaje de la población estudiantil menor a 14 años, debido a la necesidad de emplearse para obtener ingresos destinados al hogar.
Aunque de acuerdo con el INEGI, las actividades donde mayormente se emplea el trabajo infantil es cómo trabajadores de apoyo en actividades agricolas, ganaderas, forestales, de caza y pesca en un 30.2 por ciento, seguido de trabajos de apoyo en minería, construcción e industria en un 23.2 por ciento y cómo comerciantes en un 16.8 por ciento.