El presidente de Chile, Gabriel Boric, se reunió hoy en París con empresarios franceses con la meta de diversificar socios comerciales para no depender tanto de China y, en un acto en la prestigiosa Sorbona, asumió diferencias con ciertos líderes progresistas de América Latina acerca de los Derechos Humanos.
En su primer día de agenda oficial en la capital francesa, a la que llegó después de haber visitado Madrid, Bruselas y Ginebra, Boric participó a primera hora en un encuentro entre compañías chilenas y el Movimiento de Empresas de Francia (Medef).
En él, volvió a condenar enérgicamente la invasión rusa de Ucrania, lo que le ha valido más de un roce con mandatarios latinoamericanos como el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
Ante los empresarios, Boric se mostró interesado en depender menos de China, primer socio comercial de Chile, con el que, realzó, guarda una "buena relación".
"Sabemos que en el actual contexto geopolítico es necesario diversificar nuestras fuentes de ingresos y los destinos de nuestros productos", reconoció el chileno.
El joven dirigente izquierdista (37 años) mostró su "orgullo" por haber conseguido terminar "la modernización" del acuerdo de asociación entre Chile y la Unión Europea, que había entrado en vigor originalmente en 2003 y que podría firmarse ya a finales de este año.
"Es realmente importante, en particular si vemos lo difícil que ha sido con otros países hermanos", señaló Boric, en referencia a los más de veinte años de negociaciones para un acuerdo entre la UE y Mercosur, que además sigue estancado desde 2019.
A continuación, el presidente chileno fue recibido por la alcaldesa de París, la socialista de origen español Anne Hidalgo.
La regidora homenajeó a Boric concediéndole la copia de la placa de la plaza parisina que lleva el nombre de Salvador Allende, de cuyo derrocamiento y muerte en el golpe de Estado que encabezó el general Augusto Pinochet se cumplirán 50 años el próximo 11 de septiembre.
El presidente chileno visitó también la sede de la Unesco, en la que tuvo un encuentro con su directora general, Audrey Azoulay, con la que departió, entre otros asuntos, sobre los trabajos de la Unesco para mitigar la crisis hidrídica global, que golpea a Chile especialmente.
DISCREPANCIAS CON LULA
Uno de los momentos álgidos de la jornada fue la visita de Boric, antiguo dirigente estudiantil, a la legendaria Universidad de la Sorbona, escenario de varios episodios del mayo del 68.
Desde el anfiteatro Richelieu y ante unas 500 personas que le ovacionaron, el presidente de Chile se pronunció, entre otros temas, sobre el futuro de la izquierda latinoamericana.
"Hemos visto diferencias con algunos líderes del mundo progresista, pero creo que es importante sostener cuestiones de principios; cuando hablamos de violaciones de los Derechos Humanos, por ejemplo, en Nicaragua, no podemos responder diciendo: 'mira lo que hace Israel, mira lo que hace Estados Unidos", dijo.
El mandatario chileno no nombró a un líder en concreto, aunque sus declaraciones suceden poco después de los reproches de inexperiencia que le dirigió el brasileño Lula.
El jefe de Estado de Brasil (77 años) estimó que Boric estaba "nervioso" en la Cumbre UE-Celac por mostrar una posición discordante, más categórica contra Rusia, en relación al grueso de países de América Latina, que han sido más tibios en la condena de la guerra en Ucrania.
Lula y Boric también han mostrado roces sobre Venezuela y Nicaragua a cuenta de la democracia y los Derechos Humanos en estos dos últimos países.
Por último, el dirigente chileno alertó de que a la izquierda latinoamericana le puede suceder lo mismo que a la de Europa, donde actualmente solo 5 de los 27 gobiernos de la UE son de cariz progresista.
"La defensa ofensiva de lo que entendemos como democracia" y la "defensa categórica de los Derechos Humanos" deben vertebrar a la izquierda latinoamericana, finalizó, porque "nada justifica que se violen los derechos humanos de una persona".
Boric concluye su gira europea mañana con una entrevista en el Elíseo con el presidente francés, Emmanuel Macron, una visita a la OCDE y un encuentro en la Casa de América Latina en París.