En 2023, la distribución del gasto de inversión en finanzas públicas municipales reflejó una clara prioridad hacia el desarrollo de infraestructura. Del total, un 92.5% fue destinado a la inversión física presupuestaria, lo que indica un fuerte enfoque en obras y proyectos de construcción que beneficien directamente a la población.
Por otro lado, el 6.3% se asignó a la inversión financiera, buscando generar retornos económicos a largo plazo. Finalmente, solo un 1.2% se dedicó a subsidios para el sector social, así como para el apoyo a otras entidades federativas y municipios, destacando un enfoque más limitado en este rubro.