El señor Federico Crispín, originario de Capulhuac Estado de México, inició su negocio de resorteras grabadas hace poco más de 40 años, cuando por necesidad y afición comenzó a fabricarlas con madera recolectada en el monte de Santa María Coaxusco y elaborandolas con herramientas básicas que le donaba la misma gente.
Su trabajo artesanal le ha valido el reconocimiento de autoridades y personas del municipio.
Con segueta en mano, cúter, un trozo de cuerda y la mitad de un tubo de pvc. Crispin diariamente crea verdaderas obras de arte hechas resorteras, con imágenes grabadas de personajes de dibujos animados, el nombre de una persona o incluso diseños al estilo fotográfico.
Una hermosa artesanía que combina la sencillez, el arte y la habilidad.
Menciona que a sus 65 años, hoy sólo vive para cuidar y mantener a sus tres hijas. Subsistir en este mundo que es cada vez más difícil, pues como lo indica, cada día es un triunfo más, una batalla ganada.