La pandemia por COVID-19 transformó radicalmente vidas, llevándonos a una existencia cada vez más digital.
Mirar una pantalla, ya sea de un dispositivo móvil o de una computadora, se ha vuelto una actividad esencial en la era digital. Las responsabilidades laborales y escolares nos obligan a pasar horas frente a estas interfaces, exponiendo nuestros ojos a una carga visual constante.
Datos del IMSS indican un aumento significativo en el número de pacientes que acuden a consulta oftalmológica con síntomas como visión borrosa, ojo seco, dolor ocular y cefaleas, todos ellos asociados al esfuerzo visual constante
De acuerdo con el IMSS, en México, el 30% de la población presenta algún grado de ametropía, y la prevalencia de miopía ha aumentado un 50% en los últimos años, coincidiendo con la generalización del uso de pantallas.
La acomodación constante del cristalino para enfocar objetos cercanos, la disminución en la frecuencia del parpadeo y el aumento de los movimientos oculares al navegar por las pantallas sobrecargan nuestros ojos, generando fatiga visual y, a largo plazo, daños irreversibles.
Para proteger nuestra salud visual es fundamental adoptar hábitos saludables como:
Adoptar medidas preventivas y consultar a un especialista son clave para evitar problemas oculares a largo plazo y disfrutar de una vida digital sin comprometer nuestra calidad de vida