En México, el costo de la vida ha aumentado considerablemente en los últimos años, y sigue subiendo. Este aumento se debe a varios factores, entre ellos el aumento de los impuestos y aranceles sobre los productos importados, así como la creciente inflación que vive el mundo. Una familia mexicana rural media gasta unos mil 644 pesos al mes en alimentos, que es menos de la mitad de lo que gasta en vivienda y servicios públicos.
En el país, particularmente, la comida es lo que más ha encarecido durante esta ola inflacionaria.
Durante enero, la canasta básica de alimentos en zonas rurales y urbanas registró un encarecimiento de 11%, de acuerdo con cifras procesadas por el Coneval.
En la capital mexiquense, muchos de los alimentos de la canasta alimentaria en mercados como el "16 de septiembre, Juárez y Morelos" se siguen comprando a altos costos principalmente productos como pechuga de pollo, carne de res, huevo, y algunos lácteos.
Los incrementos van desde el 20 al 80 por ciento, un par de ejemplos de ello, son el chile Serrano, que pasó de 40 a 75 pesos y el pepino que fue de 25 y ahora se encuentra hasta en 40 pesos el kilogramo.