Nos encontramos inmersos en la era digital, donde la tecnología informática ha producido cambios. Con la llegada de las tecnologías de la información y comunicaciones, sobre todo de internet se ha potencializado el flujo de información a niveles impresionantes.
La democracia es uno de los campos impactados por los medios electrónicos, pues la tecnología ha llegado a formar parte imprescindible de los procesos electorales.
El uso de la tecnología en el ámbito electoral puede facilitar el ejercicio de los derechos político electorales, además de ser más eficientes en la utilización de los recursos, generar ahorros de tiempo, abaratar costos, organizar elecciones más sustentables y mejorar el acercamiento con la ciudadanía.
Dentro del Instituto Nacional Electoral se cuenta con diversas herramientas tecnológicas, que se han ido incorporando paulatinamente, como apps, capacitación a distancia, y recientemente la urnas electrónicas.
Para el proceso electoral 2024, se utilizarán urnas electrónicas, desarrolladas por el INE en casillas especiales de la Ciudad de México y Nuevo León. En el estado de México, unas entidades más pobladas, no está previsto el voto electrónico.
A pesar de contar con actualizaciones que ofrecen inmediatez en los resultados, estar libre de roles y efectividad en el cómputo, todavía queda pendiente la confianza de los votantes y partidos políticos, quienes señalan que por ser un avance tecnológico se puede prestar a fraudes.
Las Urnas Electrónicas son confiables, ya que no se encuentran conectadas a internet por lo que no son hackeables, garantizan la universalidad, libertad y secrecía, así como los principios y valores que protege la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales en la concepción tradicional del voto.