Este campo de fútbol ubicado en Texcapilla en el municipio de Texcaltitlán aún guarda el recuerdo de aquel suceso que marcó a toda una comunidad.
Las calles, con un aire desolador, parecen susurrar el dolor, mientras el silencio envuelve un pasado que aún pesa en la memoria colectiva.
La zona donde ocurrió dicho enfrentamiento se encuentra ahora rodeada de autoridades: elementos de la Guardia Nacional, el Ejército Mexicano y la Policía Estatal.
Aunque los vecinos reconocen que esta presencia brinda cierto alivio y les permite retomar sus vidas con algo de tranquilidad, persisten versiones que apuntan a un miedo latente.
Para muchos, incluso desplazarse dentro del mismo municipio sigue siendo un desafío, ya que el temor a represalias aún ronda en el ambiente.
La vida tuvo que continuar. Las escuelas reabrieron, y aunque las calles lucen desoladas, algunos pocos niños se atreven a salir, intentando recuperar una normalidad que aún parece lejana.
En Texcapilla, la vida es diferente; parece transcurrir lentamente, como si el tiempo se hubiera detenido tras aquel 8 de diciembre de 2023. Cada paso, cada mirada, refleja la incertidumbre de una comunidad que lucha por avanzar.