El tráfico de contenido íntimo, una práctica que atenta contra la privacidad y dignidad, es un violación de derechos creciente en la era digital.
A pesar de los esfuerzos legales y campañas de concientización, muchas personas siguen compartiendo contenido íntimo sin consentimiento a través de plataformas de mensajería y redes sociales.
La difusión no consentida de imágenes, videos y otros materiales íntimos no solo vulnera la intimidad de las víctimas, sino que también las expone a diversas formas de violencia y acoso.
En respuesta a esta alarmante situación y con base en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia surgió la llamada Ley Olimpia, que está en vigor en diversas regiones como una medida para combatir y sancionar severamente estas conductas.
Datos de México Unido Contra la Delincuencia indican que en el Estado de México en lo que va del 2024 hay más de 6 mil carpetas iniciadas por el delito de Delitos contra la libertad y la seguridad sexual. De 2015 a 2017 y en 2022, el Estado de México fue la entidad federativa con más carpetas de investigación, llegando a un máximo histórico de 13 mil 435 en 2022.
El tráfico de contenido íntimo es un problema complejo y persistente que involucra cuestiones legales, tecnológicas, sociales y éticas. Aunque se están haciendo esfuerzos significativos para combatirlo, es poco probable que desaparezca por completo en el futuro cercano.