Detrás de los destellos y estruendos que la pirotecnia abona a las festividades en época decembrinas, se ocultan riesgos significativos especialmente para los más jóvenes.
Los fuegos artificiales, aunque visualmente impresionantes, liberan calor extremo y partículas incandescentes que pueden causar daño en fracciones de segundo. Las estadísticas revelan que aproximadamente el 40% de las quemaduras pirotécnicas afectan las manos y los dedos, áreas particularmente expuestas durante la manipulación de estos dispositivos.
Datos recopilados por el Instituto Mexicano del Seguro Social, indica que las quemaduras relacionadas con la pirotecnia experimentan un aumento significativo durante la temporada navideña, con un incremento del 30% en las visitas a salas de emergencia por quemaduras en niños y adolescentes durante este periodo festivo.
Los factores de riesgo aumentan cuando nos referimos a niños menores de 15 años, ya que representan aproximadamente el 60% de las víctimas de quemaduras relacionadas con la pirotecnia. La falta de experiencia y la tendencia a subestimar los peligros asociados hacen que este grupo demográfico sea especialmente propenso a sufrir lesiones graves, con consecuencias a largo plazo en su calidad de vida.
El disfrutar de la navidad y el Año Nuevo no debe poner en riesgo la seguridad y el bienestar de nuestros seres queridos, por ello es importante a fomentar prácticas seguras, a través de la disminución de el uso irresponsable de pirotecnia, para así garantizar que la magia de la temporada no se vea empañada por lesiones evitables.