En el contexto de los constantes cambios sociales y la modernización de la ética médica, la autonomía de los pacientes ha adquirido una relevancia fundamental.
Cada vez es más común observar a personas que asumen la responsabilidad de participar activamente en las decisiones que atañen a su salud, especialmente en lo que respecta al final de su vida.
En este escenario, la Voluntad Anticipada surge como una herramienta fundamental para garantizar el respeto a los deseos y preferencias de los pacientes en situación terminal. Este documento legal permite a las personas expresar de manera anticipada sus preferencias respecto al tipo de tratamientos médicos que desean recibir o rechazar en caso de encontrarse en una condición en la que no puedan expresar su voluntad por sí mismas.
En el Estado de México, la ley de Voluntad Anticipada se encuentra vigente desde 2013, fundamentada en principios como la autodeterminación, la autonomía, los derechos humanos, la dignidad e integridad de las personas. Esta ley no busca prolongar ni acortar la vida, sino que se centra en respetar el momento natural de la muerte y favorecer la atención y los cuidados paliativos al final de la vida, para afrontar esta etapa de manera digna, minimizando el sufrimiento y garantizando una calidad de vida hasta el final.
La Voluntad Anticipada representa un paso crucial para garantizar una muerte digna y respetuosa de los derechos de los pacientes. Al permitirles expresar sus deseos y preferencias de manera anticipada, se les otorga la autonomía necesaria para tomar decisiones informadas sobre su propio final de vida, promoviendo una muerte más humana y acorde a sus valores y creencias