En el marco del Día de Muertos, los altares forman parte de la cultura mexicana, en donde los deudos dan muestra de que no han olvidado a quienes ya se adelantaron en el camino, ofreciendo ofrendas a sus fieles difuntos. Colores vivos, en papel picado, aserrín y las hermosas flores de cempasúchil y mano de león, iluminan los ojos de los pequeños indicó Dulce García Hernández, coordinadora académica del área de español del Instituto Montesquieu.
De acuerdo a Juan Domingo Gurrola, profesor titular de historia, esta tradición tiene orígenes ancestrales, donde "nuestros pueblos, prehispánicos tenían una gran cultura que se expresaba a través de ritos al celebrar a la vida, a la muerte y la belleza ". Detalló que, a la llegada de los españoles para tratar de evangelizarlos, buscaron la manera de adaptar la fe católica, fusionando ambas tradiciones, donde se guarda el dolor de perder a un ser querido, pero con sus recuerdos y enseñanzas surge la nostalgia para celebrar la muerte.