Desde que se dio a conocer la llegada de miles de migrantes a Coahuila para cruzar a Estados Unidos por los municipios de Piedras Negras y Acuña, el Gobierno del Estado ha implementado una política de puertas cerradas, impidiendo el paso de los extranjeros a pesar de contar con la papelería que acredita su estancia legal.
"Hemos aumentado el número de filtros y se han estado desviando camiones a distintas partes o entidades para controlar el flujo migratorio."
El fin de semana pasada, más de mil migrantes que viajaban en camiones desde Chiapas llegaron a Saltillo, pero las líneas de autobuses les negaron la compra de boletos para continuar a las ciudades fronterizas. Según la representación del Instituto Nacional de Migración, los documentos, aunque legales, limitan su tránsito por el país.
"Los extranjeros se están presentando con diversos documentos, entonces hay que hacer esa revisión para ver hacia donde pueden avanzar dichos extranjeros, ver hasta donde están los permisos. No todos los permisos son iguales."
Actualmente hay más de 400 migrantes varados entre Saltillo y Monterrey esperando comprar boletos de autobús para llegar a la frontera o trasladarse por otro medio; sin embargo, todas las corporaciones de seguridad parecen tener las instrucciones de asegurar a migrantes y ponerlos a disposición de las autoridades federales.