Crisis de AHMSA rebasa al gobierno de Coahuila
La crisis financiera de Altos Hornos de México (AHMSA) rebasa al gobierno del estado de Coahuila. Las autoridades estatales no han tenido la capacidad económica ni política para mediar en favor de los trabajadores.
Para Miguel Riquelme, ex gobernador de Coahuila y para Manolo Jiménez, actual mandatario, no ha sido posible fungir como negociadores o intermediarios para resolver el problema.
En declaraciones a medios, Manolo Jiménez señaló que la crisis de AHMSA "está dañando la economía de toda una región" y que las autoridades estatales "siempre van a estar del lado de las familias".
Sin embargo, el gobernador reconoció que la situación está "entrampada" debido a la falta de acuerdos entre los diferentes actores involucrados.
Uno de los factores que ha dificultado la intervención del gobierno de Coahuila es la relación entre AHMSA y el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana (SNTMMSRM), que dirige el senador por Morena, Napoleón Gómez Urrutia.
El pasado 24 de enero, la Suprema Corte de Justicia negó un amparo al SNTMMSRM para mantener el contrato colectivo de trabajo de AHMSA. Esta decisión podría complicar aún más las negociaciones entre la empresa y el sindicato.
Para el sector privado y para el mismo gobierno de Coahuila, la única solución para rescatar a Altos Hornos de México es permitir que se inyecte capital al consorcio. Grupos nacionales y extranjeros están interesados, pero el acuerdo aún se vislumbra lejano.
El ingeniero Ricardo Patlán, especialista en minería, señaló que AHMSA era uno de los principales consumidores de carbón en Coahuila. La crisis de la empresa ha tenido un impacto negativo en la industria carbonífera del estado.
"Están Comisión Federal, lo que es la producción de energía eléctrica y antes el mayor era AHMSA, por la producción de acero", indicó Patlán.
La crisis de AHMSA ha generado una severa crisis económica en las regiones centro y carbonífera de Coahuila. Miles de trabajadores han perdido sus empleos y las empresas proveedoras de la siderúrgica también han sufrido pérdidas.
La solución a este problema requiere de la intervención de todos los actores involucrados, incluyendo al gobierno federal, el sindicato y los posibles inversionistas.
