Torreón y la Comarca Lagunera en general tienen un vínculo especial con el ferrocarril, que data desde sus inicios. La llegada del primer tren y la posterior expansión de las vías férreas marcaron un hito crucial que impulsó el despegue y crecimiento significativo de esta zona, sentando las bases para lo que conocemos hoy.
Torreón nació a finales del siglo XIX como un pequeño rancho, apenas habitado por una docena de personas. Sin embargo, el 23 de septiembre de 1883, todo cambió cuando el Ferrocarril Central Mexicano completó su vía y comenzó a operar.
"En la historia nos cuenta Tulita Wulff, la esposa de Federico Wolff, nos cuenta que si el tren no ha pasado por Torreón, Torreón sería un caserío nada más", dijo Irma Alonso Salas, directora del Museo del Ferrocarril.
Cuatro años después, otro suceso trascendental sacudió la Comarca Lagunera: el cruce de vías del Ferrocarril Internacional. Esta segunda vía conectó a Torreón tanto con la Ciudad de México como con los Estados Unidos, inaugurando una nueva era de transformación para la región.
En tan solo cuatro años, entre 1883 y 1887, Torreón experimentó una metamorfosis radical, pasando de ser un rancho a convertirse en una población dinámica con aspiraciones urbanas. Este cambio no solo se reflejó en la aparición de nuevos comercios, industrias y la planificación urbana, sino también en el crecimiento demográfico
"¿En qué ámbitos desarrolló Torreón su bonanza? Pues en los trenes de carga, en la agricultura, la ganadería, la minería, pero no olvidemos que tantas cosas más para la industria y no olvidemos que gracias al tren tuvimos la migración", añadió.
El ferrocarril no solo cambió la vida de los habitantes de Torreón, sino que también posicionó a la ciudad en el mapa, colocándola en el centro de la actividad económica y social de la región.
Transformó la geografía de la ciudad, pero también su identidad y su destino. Es por eso que ante el anuncio del presidente Andrés Manuel López Obrador de retomar los trenes de pasajeros, la ciudadanía guarda la esperanza de volver a viajar en ferrocarril, pues su paso dejó una huella imborrable en la historia y en la vida de sus habitantes.
"Sería formidable, no me quiero ir de este mundo sin antes verlos, que yo sí viajé en tren y me fascinó, de chica era mi sueño cada tres meses viajar, Torreón-Aguascalientes", finalizó.