Contemplada alguna vez como una actividad productiva viable, capaz de generar riqueza y bienestar a los habitantes del campo lagunero, la ganadería de traspatio ha entrado en declive que a la fecha apenas sí se le considera como una actividad económica de subsistencia o de cría de animales para fechas festivas o especiales.
Así lo planteó José Francisco Sandoval, coordinador de la División Regional de Ciencia Animal de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, Unidad Laguna, quien coincidió en que la ganadería de traspatio tiende a desaparecer, derivado, principalmente, de un cambio de actividades de la gente en el campo:
"Sí, es cierto, tristemente mucha gente del campo ha cambiado sus actividades, y me refiero no sólo a la siembra y cultivo sino también a la crianza de animales en el traspatio por actividades que están más relacionadas con lo industrial y me refiero a las maquilas".
Apuntó que a lo anterior se suman factores como la renta de las tierras de cultivo y una exigencia mayor de inocuidad alimentaria, es decir, que para vender su producción se les demanda calidad que no pueden ofrecer, resultado de la falta de recursos y de asistencia técnica.
Conocedor del campo y la actividad ganadera vigente en la Laguna, el docente y médico veterinario expuso que actualmente el modelo que priva es de la aparcería, que consiste en que los empresarios rentan terrenos, construyen infraestructura y contratan a las personas para que trabajen a cambio de un porcentaje de la utilidad lograda en granjas avícolas y establos; por lo que se aprecia poco probable que resurja o se fortalezca la ganadería de traspatio como tal, aunque aún habría alguna posibilidad:
"La opción pudieran ser las cooperativas, reavivar esas cooperativas de los ejidos, de que se organice a la gente para que tenga acceso a este tipo de tecnologías y producir como debe de ser, ¿verdad?"