Alfredo y Antonio se conocieron estudiando la licenciatura de Economía, formando una amistad que los llevó a emprender en un negocio tradicional mexicano: una panadería. A pesar de conocer el entorno difícil que se vivía por el tema de la pandemia del Covid-19, Alfredo vio una área de oportunidad en su colonia e invitó a Antonio en apostar por nuevo proyecto llamado Deleite.
"Sabes que Toño durante toda la vida nunca a habido una panadería aquí en Las Etnias, nunca ha habido un lugar donde puedas llegar y puedas encontrar pan bonito, pan recién hecho."
Deleite cumplió un año de vida en agosto y a pesar de sufrir los incrementos en el costo de los insumos como las grasas y el gas, así como los efectos de dos repuntes de contagios de Covid-19, han encontrado la fórmula para ser competitivos.
"Sobre todo es la calidad del producto y la constancia que vayas a tener en tu negocio, en el mundo de la panadería y sobre todo muchos panaderos tienden a cambiar muy rápido las recetas y tienden a ser muy inconsistentes."
Uno de los distintivos de Deleite es la amabilidad con la que tratan a sus clientes, ofreciendo una experiencia de compra que invita a la gente a volver por más y que además los motiva a pensar en grande.
"Expandirnos a otras colonias y por qué no ya en un plazo como tú mencionas de cinco años pues a otra ciudad."
Dos jóvenes, dos emprendedores y dos amigos que con los ahorros de trabajar desde la adolescencia materializaron un negocio que hoy en día le da trabajo a empleados y proveedores, y lo más importante ofrecen un dulce deleite a las familias de Torreón.