La industria mexicana del juguete, una vez próspera y vibrante, ha enfrentado desafíos monumentales en las últimas décadas debido al poderío de la producción china y la creciente digitalización de las formas de entretenimiento para niños. Muñecos de acción, pelotas, rompecabezas y canicas, antes pilares de la infancia, se están convirtiendo en recuerdos memorables y realidades cada vez más escasas.
Miguel Ángel Martín, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria del Juguete, señaló la magnitud de la crisis que azotó al sector: "La industria contaba con 300 empresas, cuando se abrió, se hizo la apertura tan indiscriminada en aquel momento, del comercio en general, que dimos todo nuestro mercado sin pedir nada a cambio, desaparecieron más de 200 empresas en ese lapso".
A pesar de que México ocupa el cuarto lugar como productor más importante de juguetes en el mundo, la competencia desleal del mercado chino ha provocado una depresión significativa en la industria durante la primera parte del Siglo XXI.
María Teresa Kasuga, vocera de la Asociación de la Industria del Juguete, destacó la relevancia temporal de las ventas: "La industria del juguete tiene una venta, básicamente, muy fuerte, para final de año, para nosotros, Navidad y Reyes son la época más importante para las ventas".
Sin embargo, hay esperanza en el horizonte. Expertos sugieren que el nearshoring y las ventas en línea podrían ser los fenómenos que impulsen la recuperación de la industria del juguete. Se estima que entre 2023 y 2027, el sector crecerá a un ritmo del 5.6% anual.
Miguel Ángel Martín subrayó la importancia de las ventas en línea al afirmar: "Las ventas por internet, que representaban para nosotros un 3 o 4 por ciento hasta el año pasado, este año, en juegos de mesa, se disparó a dos dígitos".
Según datos proporcionados por la Asociación Mexicana de la Industria del Juguete, el 42% de las ventas se realizan en centros comerciales, el 30% en puntos de venta tradicionales, y el resto en tianguis y mercados.
Las ventas totales de juguetes en México, con cifras alentadoras, revelan que el 42% se concentra en centros comerciales, el 30% en puntos de venta tradicionales, y el 28% en tianguis y mercados, según la AMIJ.
Un dato destacado es que la fábrica de juguetes más grande del mundo se encuentra en México, específicamente en Nuevo León. Solo en 2022, la industria cerró con ventas superiores a los 4,200 millones de dólares, generando una expectativa positiva de un posible resurgimiento para el sector del juguete mexicano.
En resumen, mientras la industria del juguete enfrenta desafíos sustanciales, el impulso de las ventas en línea y la posibilidad de nearshoring brindan esperanza para un renacimiento del sector. Con el potencial de un crecimiento del 5.6% anual en los próximos años, la industria del juguete en México podría estar en camino de vivir un segundo aire.